Cajamarca se pinta de rojo (Post 50!!! / Los Viajes del Rojo)

Domingo en la noche y no podía dormir. A eso de la 1:00 am, después de haber estado metido en el messenger varias horas, puse la alarma del celular para las 2:45 y me fui a dormir...vestido con ropa de viaje.

La semana anterior todo había sucedido como en un sueño. Una llamada imprevista de uno de los jefes de la empresa, me hace una pregunta sobre un proyecto en el que estaba metido en ese momento, y luego... me pregunta si puedo ir a Cajamarca a trabajar en un proyecto en la mismísima Moria. Creo que lo pensé un segundo antes de contestarle, pero no porque no estuviera seguro sino porque no creía que me estuviera sucediendo a mí. Cajamarca es... ¡Cajamarca!

Así que a las 2:45 am del lunes sonó la maldita alarma. A darse una manita de gato nada más, pues ya me había bañado y alistado las maletas unas horas antes. El taxi debía llegar a las 3:30, pero se apareció a las 3:15. Bueno, ya que está aquí, ¿para qué hacerlo esperar, no? "Adiós abue, cuídate mucho, te llamo ni bien llegue".

Y ñeee, rápido hacia el aeropuerto. Llegamos a eso de las 3:40. A las 4:00 empezaba a atender Aerocóndor, así que tuve que hacer tiempo, meditando. No quise moverme del sitio, al fin y al cabo, 15 minutos se iban a pasar volando.

Los 15 minutos se convirtieron en media hora, tiempo después del cual recién se aparecieron las señoritas. Felizmente andaba de buen humor :)

Me acerqué al counter algo asustado, no por no tener pasaje (sólo llevaba un papel con los datos del vuelo, entre otras cosas), sino porque según sabía el peso que podía llevar sin pagar era sólamente 15 Kg, y mi maleta pesaba 23.5. "Suba su maleta, joven". ¡Ñac!, la balanza no funcionaba y yo sudando, pensando en cuanto me iba a costar la gracia. A mover la maleta a la otra balanza. Los númeritos aparecieron, y ahí estaba la prueba del delito. "Señorita, ¿cuánto tengo que pagar?"

"No joven, nosotros no le cobramos a los de la mina".

¿¿¿What???

Ok. Vamos a ver hasta dónde llega esto.

Contento me fui a pagar el impuesto de salida. "¿Cuánto es, señorita? En soles, por favor." "21 soles con 30 céntimos". "Aquí tiene, señorita, le doy los 30 céntimos en sencillo".

"Joven, usted ya pagó".

"?"

La señorita, algo fastidiada rompió el recibo y me devolvió el dinero.

Oh, I get it... ya estaba pagado... ¡wow!

¿Qué más podía suceder?

Camino hacia la sala de embarque me topé con una que otra tentación, pero con mucho esfuerzo logré resistir.

Ya en la sala maté el rato mirando a las aeromozas (y el reloj de rato en rato). A las 5:45, ¡al avión! El vuelo realmente excelente, con unas vistas espectaculares. El pseudodesayuno nada especial pues sólo era un viaje de 1:15 h.

A eso de las 7:30 por fin pisé suelo cajamarquino. Felizmente, no me esperaba un taxi, ya hubiera sido demasiado. Tomé uno cualquiera que me llevó al hotel en 25 minutos. Para esto, ya sabía que el hospedaje no me iba a costar, jeje... Un duchazo, un cambiazo rápido, un buen desayuno con tortilla (también cubierto por los contratantes) y luego a llamar a un Taxi Seguro (incluido) para que me lleve a las oficinas en el Km XX.

A las 11:00 el Rojo por fin llegó a su nuevo lugar de trabajo.

Pero ese... ese será tema para otro post.