Lee la Parte I.
Lee la Parte II.
Si ya viste las partes previas, puedes continuar.
Nos habíamos quedado viendo la procesión de la Virgen de las Nieves, pero el tiempo, maldito desgraciado (ya eran las 11 am!), no espera a nadie, por lo que decidimos que ya era hora de aprovechar e irnos de paseo a algún sitio.
Frente a la Plaza de Armas encontramos una oficina de Promperú (ojo que ese es el enlace institucional, el enlace con información para el viajero es este otro: www.peru.org.pe), donde nos dieron información bastante completa de todo lo que había para visitar en Ayacucho, sus alrededores y poblados aledaños. Nuestro plan en ese momento era ir hacia la Pampa de la Quinua, así que asistidos por la señorita de Promperú ubicamos el paradero de carros que salen hacia allá.
Como buenos viajeros (y gracias al spinning, por la PM) nos fuimos a patita, por varias calles planas y otras inclinadas (de resistencia alta, jajaja!) hasta llegar al paradero unos 20 minutos después. Se nos ocurrió que de repente lo mejor era conseguir un taxi, ya que éramos 5 puntas. Un amable señor nos ofreció llevarnos y traernos (incluyendo todas las paradas del caso) por 60 luquitas. ¡Sale caliente! ¡Rumbo a Quinua!
En el camino paramos en un grifo para que el señor pudiera echar gasolina, para eso él nos pidió amablemente si podíamos pagarle ya; nosotros accedimos tranquilamente.
En el camino nos encontramos con un atractivo natural: unas extrañas formaciones rocosas, producto de la lluvia y el viento. El señor taxista paró un rato para que pudiéramos tomar fotos.
Poco después de las 12:00 llegamos a la Ciudadela de Wari. Nos esperaba un paseíllo de al menos 1 hora. El señor taxista nos dijo que paseáramos todo lo que quisiéramos porque el nos esperaría en el estacionamiento.
Aguanta: ¿nosotros nos íbamos a pasear más de una hora y tú nos ibas a esperar sentado en tu carro?
Pero si ya le habíamos pagado al pata...
¡Caracas! ¡Recién nos dimos cuenta! ¡El pata tenía todo en bandeja! O sea, nos ibamos a pasear y el tranquilamente se podía ir con nuestra plata en el bolsillo y nos dejaba varados en Wari.
Con un sudor frío corriendo por nuestro cuerpo entramos primero al museo de sitio. De cuando en cuando mirábamos al estacionamiento para confirmar que el señor seguía ahí.
Pero bueno... una vez nos adentramos en las ruinas de la ciudadela la vista nos hizo olvidar por un buen rato la desconfianza.
Lee la Parte II.
Si ya viste las partes previas, puedes continuar.
Nos habíamos quedado viendo la procesión de la Virgen de las Nieves, pero el tiempo, maldito desgraciado (ya eran las 11 am!), no espera a nadie, por lo que decidimos que ya era hora de aprovechar e irnos de paseo a algún sitio.
Frente a la Plaza de Armas encontramos una oficina de Promperú (ojo que ese es el enlace institucional, el enlace con información para el viajero es este otro: www.peru.org.pe), donde nos dieron información bastante completa de todo lo que había para visitar en Ayacucho, sus alrededores y poblados aledaños. Nuestro plan en ese momento era ir hacia la Pampa de la Quinua, así que asistidos por la señorita de Promperú ubicamos el paradero de carros que salen hacia allá.
Como buenos viajeros (y gracias al spinning, por la PM) nos fuimos a patita, por varias calles planas y otras inclinadas (de resistencia alta, jajaja!) hasta llegar al paradero unos 20 minutos después. Se nos ocurrió que de repente lo mejor era conseguir un taxi, ya que éramos 5 puntas. Un amable señor nos ofreció llevarnos y traernos (incluyendo todas las paradas del caso) por 60 luquitas. ¡Sale caliente! ¡Rumbo a Quinua!
En el camino paramos en un grifo para que el señor pudiera echar gasolina, para eso él nos pidió amablemente si podíamos pagarle ya; nosotros accedimos tranquilamente.
En el camino nos encontramos con un atractivo natural: unas extrañas formaciones rocosas, producto de la lluvia y el viento. El señor taxista paró un rato para que pudiéramos tomar fotos.
Poco después de las 12:00 llegamos a la Ciudadela de Wari. Nos esperaba un paseíllo de al menos 1 hora. El señor taxista nos dijo que paseáramos todo lo que quisiéramos porque el nos esperaría en el estacionamiento.
Aguanta: ¿nosotros nos íbamos a pasear más de una hora y tú nos ibas a esperar sentado en tu carro?
Pero si ya le habíamos pagado al pata...
¡Caracas! ¡Recién nos dimos cuenta! ¡El pata tenía todo en bandeja! O sea, nos ibamos a pasear y el tranquilamente se podía ir con nuestra plata en el bolsillo y nos dejaba varados en Wari.
Con un sudor frío corriendo por nuestro cuerpo entramos primero al museo de sitio. De cuando en cuando mirábamos al estacionamiento para confirmar que el señor seguía ahí.
Pero bueno... una vez nos adentramos en las ruinas de la ciudadela la vista nos hizo olvidar por un buen rato la desconfianza.
Una de las cosas que más saltan a la vista de Ayacucho es la GRAN CANTIDAD DE TUNAS que se encuentran por todas partes. No te miento, primito, ¿cuándo te he engañado? Wari no es la excepción.
Cuando salimos de Wari, a eso de la 1, tal como predijimos, el taxista se había largado con todo nuestro dinero, y sobre todo, con nuestra dignidad.
¿Seriously, creen que sucedió eso?
No, el señor seguía ahí, esperándonos. Y nos paseó el resto del día. Pero eso es materia de otro post.
Malditos limeños desconfiados. Todavía hay gente honrada en este país.
¿Seriously, creen que sucedió eso?
No, el señor seguía ahí, esperándonos. Y nos paseó el resto del día. Pero eso es materia de otro post.
Malditos limeños desconfiados. Todavía hay gente honrada en este país.
6 comentarios:
Todavia hay gente honrada en este pais, pero en otras provincias y hay que saber escoger en Lima, señor Red.
viva el peru caracho!!
que bueno que aun existan los honrados,
ya me estaba empezando a sentir SOLO
un abrazo, pero de lejos nomas, porque no confio en ti.
Así es, mis estimados, hay de todo en esta viña del Señor, pero mi experiencia con la gente en Ayacucho fue bastante grata. Me traje una buena impresión de allá. Pronto más posts!
Confieso que estuve angustiada durante toda la lectura del post pensando que el taxista se había largado.
Que pena que mi memoria SD se fue a la mela snif snif; tenía bonitas fotitos de Wari, etc, etc...
ayacucho aunque el significado de este nombre no sea del todo agradable, vale la pena darse una vuelta por huamanga, he hay, el mirador y muchas cosas aparte de la comida, que son satisfactorias.
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