miércoles, agosto 30, 2006

Se habla español (pero de geometría no se sabe un cono)


- ¿Señorita, a qué precio está la torre de CDs?
- ¿Qué cosa, joven?
- La torre de 25 CDs, ésta de acá abajo...
- Ah, EL CONO de CDs, está 25 soles...

Aguanta tu coche, comadre... ¿un cono? ¿Te refieres a esto?


No les veo el parecido por ningún lado... ahora que si me hablas de un cilindro, puede ser...

Caracho, con ciertas cosas mal dichas, que lamentablemente, pegan...

Se habla español

Hace ya varias lunas, mientras me comía un sandwich hecho con pollo a la brasa de Metro (porque Pasquale Hnos. seguía con unas colas asquerosamente largas), me dí cuenta de que ¡oh! no tenía ningún vegetal para acompañar ese montón de grasa. Y así, divagando, como siempre, me puse a pensar en que hay ciertas hierbas y ciertos vegetales que nuestra omnívora existencia desprecia, esos que están en lo más bajo, que son pisoteados, maltratados, y sobre todo vilipendiados. Aquellos que viven una vida de perros, sólamente por el nombre que tienen:

El comino: Vamos, no me digan que no han escuchado la frase "me importa un comino". Deben de haberla usado alguna vez en su vida por lo menos. La Real Academia Española de la Lengua lo tiene registrado incluso, de hecho que esta frase tiene ya muchas décadas.

comino.

(Del lat. cumīnum, y este del gr. κύμινον).

1. m. Hierba de la familia de las Umbelíferas, con tallo ramoso y acanalado, hojas divididas en lacinias filiformes y agudas, flores pequeñas, blancas o rojizas, y semillas de forma aovada, unidas de dos en dos, convexas y estriadas por una parte, planas por la otra, de color pardo, olor aromático y sabor acre, las cuales se usan en medicina y para condimento.

2. m. Semilla de esta planta.

3. m. Persona de pequeño tamaño, comúnmente niño.
dársele a alguien algo un ~.

1. fr. p. us. importar un comino.
importar algo a alguien un ~.

1. fr. Ser insignificante, de poco o ningún valor.
no montar algo un ~.

1. fr. importar un comino.
no valer algo un ~.

1. fr. importar un comino.

Noten las variantes que existen de la frase, pero todas expresan lo mismo: cuando algo nos importa un joraca, es un comino.

Ahora, estoy completamente seguro de que deben haber mencionado mucho más que al comino a este otro vegetal:


El pepino: La frase "me importa un pepino" la deben haber escuchado muchas más veces aún que la que habla del poco valor del comino. Nuevamente, voy directo a la RAE.

pepino.

(Del dim. del lat. pepo, -ōnis, melón, y este del gr. πέπων).

1. m. Planta herbácea anual, de la familia de las Cucurbitáceas, con tallos blandos, rastreros, vellosos y de dos a tres metros de longitud, hojas pecioladas, pelosas, partidas en lóbulos agudos, flores amarillas, separadas las masculinas de las femeninas, y fruto pulposo, cilíndrico, de seis a doce centímetros de largo y dos a cinco de grueso, amarillo cuando está maduro, y antes verde más o menos claro por la parte exterior, interiormente blanco y con multitud de semillas ovaladas y puntiagudas por uno de sus extremos, chatas y pequeñas. Es comestible.

2. m. Fruto de esta planta.

3. m. Cosa insignificante, de poco o ningún valor. Importarle a alguien un pepino algo.

Hasta aquí, no veo nada en común entre el pepino y el comino, pero ahí están los dos, juntos, en ese rincón de los poco valorados.

Ah, pero hay no acaba la galería de low-lifes, no señores, nooo... me falta mencionar un par más. Directo al grano (¿o debería decir directo al vegetal?):

El rábano:


rábano.

(Del lat. raphănus, y este del gr. ῥάφανος).

1. m. Planta herbácea anual, de la familia de las Crucíferas, con tallo ramoso y velludo de seis a ocho decímetros de altura, hojas ásperas, grandes, partidas en lóbulos dentados las radicales y casi enteras las superiores, flores blancas, amarillas o purpurinas, en racimos terminales, fruto seco en vainilla estriada, con muchas semillas menudas, y raíz carnosa, casi redonda, o fusiforme, blanca, roja, amarillenta o negra, según las variedades, de sabor picante.

2. m. Raíz de esta planta.
importar, o no importar, algo un ~.

1. frs. coloqs. Importar poco o nada.

Por último, recuerdo una frase que quizás escuché o leí en mi niñez, no recuerdo exactamente. Era "me importa un bledo". Pues bien, nuevamente me fui a la RAE y me dí con otra sorpresa, señores...

El bledo (no es broma):


bledo.

(Del lat. blitum).

1. m. Planta anual de la familia de las Quenopodiáceas, de tallos rastreros, de unos tres decímetros de largo, hojas triangulares de color verde oscuro y flores rojas, muy pequeñas y en racimos axilares.

2. m. Cosa insignificante, de poco o ningún valor. Dársele, o no dársele a alguien un bledo. Importarle, o no importarle a alguien un bledo. No valer un bledo.

¿Pero saben qué? Estos vegetales no están solos, muchachos. Hay algo que al parecer vale tan poco como ellos, sin embargo nosotros los hombres le damos bastante importancia.

El carajo (de eso si no pongo foto ni ca):

carajo.

(De or. inc.).

1. m. malson. Miembro viril.
importar algo un ~ a alguien.

1. fr. coloq. No importarle nada.

Así que ya sabes, chaval, que lo que tienes ahí no vale un carajo.

domingo, agosto 27, 2006

Los viajes del Rojo - Chanchamayo, Part II (una sola foto)

Continúa...

En realidad las cataratas de Bayoz no fueron nada espectacular... que me disculpe la gente de Chanchamayo, pero en realidad no ví nada que hiciera que estas aguas destacaran sobre las que hay en otros sitios. Creo que lo que me hace pensar así es el hecho de saber que estas cataratas están en un lugar muy accesible, saber que mucha gente las ve diariamente, no las envuelve ningún aura de misterio, no hay que caminar durante horas para llegar a ellas... cosas mías... igual les pongo una foto.


Ya cuando anochecía (y yo algo decepcionado) bajamos hacia donde nos esperaba la camioneta para regresar a la Merced. Un grupo se fue un rato para conocer el Velo de la Novia (otra cascada), pero los demás nos quedamos en el punto de encuentro mientras terminaba de oscurecer.

Una vez que todos habían regresado trepamos a la camioneta, yo como siempre en la tolva con mi pata Jorge y con el guía. Se nos unió una señora que, además de ser de la familia dueña de los terrenos donde están las dos cataratas, es la encargada de controlar el ingreso a éstas (previo pago de un sol), y además atiende un puestito donde vende agua, gaseosas y chucherías. Y junto a ella venía un cachorro... mmm, ni idea de que raza sería, pero el muchacho respondía al nombre de Tyson. Tyson se acomodó lo mejor que pudo, conchudísimo, acurrucándose a mis pies.

En el camino, mientras jugueteaba un rato con el chucho, nos percatamos de una que otra estrella que tímidamente iba apareciendo en el cielo. La señora y Tyson se despidieron de nosotros en un pueblo cercano cuyo nombre no recuerdo (ya lo buscaré y lo pondré). Minutos después ya estábamos de vuelta en la carretera, rumbo a La Merced. Para ese momento el cielo ya estaba salpicado de estrellas, como si alguien hubiera sacudido una brocha con pintura amarilla contra él. La vista era realmente espectacular, me recosté en la tolva, no me importaba el frío maldito, solo me importaba contemplar ese cielo todo el tiempo que fuera posible. Una vista sencillamente increíble, algo que uno no puede ver en esta gris ciudad con su cielo color rata. Lamentablemente mi pobre cámara no está capacitada para hacer algo como tomar una foto del cielo, así que tendrán que usar su imaginación (no creo que sea muy difícil, basta con poner un pie fuera de esta ciudad para saber lo que es un cielo estrellado).

Al rato, lamentablemente, el frío me hizo acordar de que estaba con manga corta y lo único que quería era llegar a La Merced.

Terminamos el paseo en una procesadora de Café (Green Gold), degustando (y comprando) licor de café y de cacao. Y tomando café caliente, por supuesto... ¡¡¡q rico!!! ¡¡¡Que viva el café!!! ¿No es lo máximo el café? CAFE: Caliente, amargo, fuerte y escaso.

Fue un bonito día.

Continuará... (¿o no?)






lunes, agosto 21, 2006

Los Viajes del Rojo - Chanchamayo, Part I

Me gustaría contarles todo sobre el viaje que realicé a Chanchamayo hace más de una semana, pero como no sé cómo empezar, pues comenzaré la historia desde un punto ya avanzado.

Basta decir que los Hermanos de la Montaña habíamos salido de Lima la noche anterior y llegamos a La Merced a las 7 am del sábado. Media hora después pisábamos el hospedaje para dejar nuestras petacas y darnos el duchazo respectivo.

Después de un sabroso desayuno con mermeladas de frutas exóticas, partimos hacia Pichanaki a las 10:30 am en una 4x4 doble cabina. Yours truly, el guía y uno de los Hermanos de la Montaña viajamos en la tolva como todos unos guerreros, para poder admirar el paisaje con 360° de libertad y sentir el viento golpéandonos el rostro (y tragar un montón de insectos).

Llegamos a Pichanaki poco antes de las 12 y tomamos un desvío hacia nuestro destino, la cascada Zotarari, mejor conocida como la Despeinada, lugar donde haríamos rappel. Ya en la ¿hacienda? donde está la cascada y antes de subir hacia ella tuve oportunidad de tomarle unas fotos a un personaje muy especial, al que bautizamos como Juancho. Juancho estaba en su pequeño charco y al parecer estaba muy cómodo ahí, pues no quiso salir para una sesión de fotos, así que tuve que buscar buenos ángulos.


Trepamos hacia la cascada unos minutos después. Pequeña cascada pero muy conveniente para aquellos que recién empiezan en este asunto del rappel, y además con una pequeña poza, perfecta para darse un buen chapuzón.


Pondría algunas fotos en las que aparezco bajando en rappel, pero lamentablemente las botas y el short ajustado por el arnés no me favorecen. Y después de haberme enfrentado a la Mafia Gay creo que estoy bastante sensible con respecto a mi imagen.

Bajamos a almorzar a Pichanaki después de las 2 pm, no sin antes tomarle una foto a Juancho, quien ya había tenido suficiente del agua y estaba preparado para el lente de mi cámara.


Luego del sabroso almuerzo con carne de doncella (pez de río), sajino y venado partimos de rumbo hacia La Merced pero con la intención de hacer una parada en las cataratas de Bayoz.

El aspecto del cielo nos decía que el resto del día iba a ser igual de inolvidable...


(continuará...)

domingo, agosto 20, 2006

Tus ojos...

¿Puedo decirte algo?


Tus ojos brillan cuando sonríes, ¿lo sabías?

¿Nadie te lo ha dicho antes?

Eso lo dudo, mujer, de verdad. Es imposible no darse cuenta. Y si no te lo dijeron, pues bien, valga este post para que lo sepas.

Tus ojos me cuentan que eres feliz, como ningún otro par de ojos que haya visto antes. Tus ojos me dicen que estás viva. Tus ojos me dicen que sientes, lloras a mares, ríes con locura, cantas a voz en cuello, bailas como si nadie te estuviera viendo.

Pero tus ojos no me dicen me gustas. No pueden decírmelo. No me lo dirán jamás.

Porque tus ojos ya tienen dueño.

Por eso tengo que dejar de pensar en tí, tengo que olvidarte.

Lamentablemente, llegué tarde a tu vida.

lunes, agosto 14, 2006

Rojo's back, baby!

Rojo Airlines anuncia oficialmente su llegada a la ciudad de Lima, cuando son las 6:18 am del lunes 14 de agosto (ya pasaron 15 días?). Vengo cargado de historias, de sentimientos. pero sobre todo de fotos. Las iré publicando periódicamente, no se preocupen.

En realidad no es que haya estado 15 días fuera de Lima, sólo viajé los fines de semana (sí, los dos). El 5 y 6 de agosto estuve en Ayacucho y este fin de semana estuve en Chanchamayo.

Para ir abriéndoles el apetito, les dejaré un par de fotos de Ayacucho.

Wari

Niños en la Pampa de la Quinua

¡Estén a la espera!