domingo, octubre 01, 2006

A Cumbe Mayo a pie (El Rojo más hobbit que nunca)

Nota: espero que puedan llegar al final de este post, está un tantito largo... y aún no le puedo agregar las fotos.

Cuando escribía esto estaba tan cansado que las ideas no fluían hacia mi cabeza con la relativa facilidad de siempre. Veamos... todo comenzó el viernes, cuando me enteré que se podía llegar a Cumbe Mayo a pie. La idea de latear hasta allá como todo un hobbit me entusiasmó inmediatamente, no saben! Era la prueba definitiva para este loquillo caminante, el momento cumbre de mi corta vida de viajero. Sucede que Cumbe Mayo está a 20 km de distancia de Cajamarca por carretera, pero si se va por un camino de herradura la distancia es menor (unos 10-12 km quizá?)

Come sunday morning, tomé un desayunazo de padre y señor mío. Luego me calcé las zapatillotas de trekker (las pobrecillas), llené mi mochila con mi casaca impermeable y varias botellas de agua de medio litro... y salí a encontrarme con mi destino.

La primera hora del viaje no fue muy agradable porque pasé por una parte un poco fea de la ciudad... una zona periférica, bastante pobre, llena de suciedad. Al principio estaba bastante molesto, no porque me fastidiara pasar por ahí... sino porque me preguntaba cómo era posible que a sólo unos cientos de metros de la ciudad pudiera existir una realidad tan distinta. Luego recordé mi bella Lima, ciudad donde se puede ver lo mismo, y en fin... tenía en la cabeza tema suficiente para un post hígado, pero ese post lo dejaré para otro momento.

A la hora de camino las casas empezaron a ralear, señal de que había dejado la ciudad por completo. Empezaron a aparecer los árboles, aumentó la cantidad de animalitos y la gente se volvió más amable. Caminé y caminé, hasta que unos amables tíos me indicaron que debía regresar hasta cierto punto, donde empezaba el camino de herradura. Media vuelta, caminé unos cuantos metros y ¡voilá! Ahí estaba el maldito.

Ni bien comencé a trepar por ahí me dí cuenta que no era precisamente el camino de ladrillos amarillos sino una ñoña llena de piedras que no te dejaban pisar bien. Quizás si hubiera tenido herraduras en las patas no me hubiera importado tanto. Well, felizmente todavía estaba con el ánimo al máximo, así que seguí andando con todas las ganas del mundo, y de cuando en cuando tomaba un sorbito de agua para estar bien hidratado. ¡Ah, eso era vida! ¡Respirar el aire limpio de la montaña!

A las 2 horas me había metido por no sé dónde, pero era obvio que ya no estaba en el fuckin' camino de herradura. Trepando por una ladera volví a salir a la carretera... luego volví a trepar por otra ladera, y otra, y otra, hasta que llegué de nuevo a un bonito campo, con algunas casas desperdigadas por aquí y por allá, muchas vacas y ovejas, uno que otro chanchito y algunos burros. Tuve la suerte de que un amable campesino me hiciera notar que me había desvíado demasiado. El señor me indicó hacía dónde debía ir. Le dí las gracias y seguí el camino.

Fue en ese momento que mi voluntad empezó a desfallecer.

Ya no estaba tan seguro de querer seguir. Sentía que Cumbe Mayo estaba demasiado lejos, que no valía la pena, que debía dar media vuelta y regresar por donde vine, derrotado.

¿Han visto alguna vez a un hombre grande al borde de la derrota? ¿A punto de llegar a las lágrimas?

¿Debe ser patético, no?

Me senté un rato a tomar agua. Medité y medité un buen rato. "Carajo,"- dije- "no puedo parar ahora. No después de todo lo que he avanzado".

Respiré. Admiré el paisaje. Respiré de nuevo. Saludé a las señoras vacas y a las señoritas ovejas que estaban pastando frente a mis narices.

Diez minutos de descanso, bastante agua...

A ponerse de pie... y seguir.

Al rato, un bosque directamente sacado de un libro de Tolkien apareció a mi derecha. Realmente ese paisaje fue una especie de revitalizante. Fotos, fotos, y a seguir andando.

Mucho después tuve la suerte de encontrarme en el camino con una que otra persona (estaba seguro que eran ángeles) que amablemente respondía a todas mis preguntas y me decían que sí, que ya estaba cerca, que sólo tenía que ir por aquí o por allá.

Tres horas y media después encontré un cruce de caminos, y al fondo avisté unas formaciones rocosas que bien podrían ser mi ansiado destino. Al pie de un letrero se hallaba una linda campesina de la que quedé enamorado instantáneamente. Ella me confirmó que las rocas que veía al fondo eran Cumbe Mayo. Lástima que estaba esperando a su esposo (chesss).

Dejé a la princesa al pie del letrero y volví a andar casi por última vez. Tuve un par de feos encuentros con horribles criaturas míticas que vieron en este colorao un turista más al cual sacarle plata por nada, pero supe librarme de ellos fácilmente (una moneda de 5 soles falsa en un caso, y en el segundo caso una buena mandada a la mierda).

30 minutos después, o sea, 4 horas después de haber salido de la ciudad, llegué a Cumbe Mayo. La vista era magnífica, pero había perdido importancia con respecto al reto que había significado llegar. Había llegado y eso era lo más importante.

Un buen descanso, unas fotos, más agua. Ya era la1:00 pm. Hora de dar media vuelta.

De nuevo en el cruce de caminos, de nuevo la princesa y una que otra criatura que esperaba que pasara alguna combi. Me senté con ellos un rato a esperarla. Nunca pensé que iba a tener tantas ganas de ver una combi en mi vida. En cualquier momento tenía que aparecer, y ese significaría el fin de mi viaje. Subiría, pagaría los 2 soles o lo que fuera, y en menos de una hora estaría de vuelta en la ciudad.

"Cualquier momento" se volvió 15 minutos, la princesa se marchó con su esposo (que no tenía un ajo de príncipe), y este hobbit se dió cuenta de que no pasaría ninguna combi, por lo menos en un buen rato. Patitas para que las quiero.

Por suerte esta vez me fue fácil encontrar el camino de herradura, aunque seguía siendo la misma porquería llena de piedras, pero las ganas de estar de vuelta en Cajamarca eran demasiado grandes, tan grandes que mis pies caminaban solos, en automático. Al principio Cajamarca parecía la ciudad más lejana del universo, allá abajo, a kilómetros de distancia. Pero poco a poco se fue haciendo más grande, más grande, y reconocí sitios por los que había pasado de subida.

Lo que me tomó 4 horas subir, me tomó 2 horas bajar.

¿Increíble, no?

De vuelta en la ciudad, corrí hacia el hotel, pedí mi llave y me metí un merecido duchazo.

Nunca más. Lo juro. O por lo menos no en un buen tiempo.

Vuelvo a ser, como lo expresó la gran V Girl sabiamente, "demasiado New York".

13 comentarios:

Anónimo dijo...

sr Rojo
he leido su post, revisado las fotos que compartió, y le repito,
que dan ganas de darse una vuelta por alla,
que emocionante y productivos debieron haber sido esos 40km!

productivos, en todo sentido, los cuales, estoy seguro son posibles temas de mas y mas posts.

me retiro, a ver que escribo, creo que ya le estoy debiendo a mi "publico objetivo", jeje mentira.

Mariella Villanueva dijo...

soy muy sabia. créeme.
a mi me gusta caminar, pero en terreno plano. eso de trepar va en contra de mi naturaleza.

Anónimo dijo...

No desfallezcas en tus aventuras Rojo!, estas pequeñas historias seran grandes leyendas para tus hijos y nietos... Ahora sumergete en la aventura de encontrar el Lago Espejo y tiene que ser con fotos incluidas... Un Abrazo

darling dijo...

Bueno, me pareció súper valiente que te atrevieras a ir solo. ¡Fotos, fotos, fotos!

El Rojo dijo...

Pronto pongo las fotos, el maldito Websense ahora me ha prohibido el acceso a Shutterfly, pero ya encontraré la manera de vencerlo. ¡You bastard!

Marukusam: ¿Cuál es el Lago Espejo?

Y trepar es algo netamente masculino, desde que nos empeñábamos allá por la prehistoria en alcanzarles la fruta para cortejarlas.

Anónimo dijo...

me has dado una idea!
ahora donde encuentro un manzano?

El Rojo dijo...

Ahora ya no necesitamos eso, descubrimos la agricultura.

Eh, pero siempre podemos ofrecerles la luna y las estrellas :)

Mariella Villanueva dijo...

la luna y las estrellas are sooooo overrated... para qué quiero un satélite??

Anónimo dijo...

donde encuentro un manzano?

El Rojo dijo...

Ahora que lo mencionas, "HEAVEN is overrated" (grande Train!). Pero caray, las chicas de ahora sí que son difíciles de complacer... mmm... la luna es de queso... te gusta el queso? Tendrías queso para mucho tiempo, ahora, el asunto es dónde encontrar un refrigerador lo suficientemente grande.
Y las estrellas... mmm... beats me... ahorrarías en focos?

Mariella Villanueva dijo...

me encanta el queso. A lo que voy es que a las mujeres normales no tienes que darles cosas para que estén contentas. Aunque bueno, diamonds are forever... jojojo
mentira!! no soy una material girl !!

El Rojo dijo...

No, no es que uno regale para tenerlas contentas... sólo es parte de la danza del amor! Es una manera de decir "me importas", o una manera de seducir ;) Pero hay miles otras que no requieren que abras la billetera. I know you know. And I know that you know that I know. Don't cha?

A kiss
On the hand
May be quite continental
But diamonds are a girl's best friend

Anónimo dijo...

Cuenta la Leyenda que Durin, al despertar en la morada del Monte Gundabad, decidió recorrer los caminos y fue hacia el sur, solo. Al llegar a Azanulbizar quedó azorado de tanta belleza, contempló las cuevas naturales que se hallaban en el flanco oriental de las imponentes Montañas Nubladas; y luego se dirigió al Lago Espejo en donde “(…)Se inclinó y miró en el Lago Espejo, y vio aparecer una corona de estrellas, como gemas sobre un hilo de plata, por encima de la sombra de su cabeza...” y supo que había encontrado el lugar de su morada y la de su pueblo