Ese jabón de mierda

Una de las cosas que más me gusta de mi chamba es que en los baños tenemos el mismo jabón que usé durante años en la universidad, el mismo jabón líquido que se encuentra en centros comerciales, gimnasios, baños públicos. Asumo que es el mismo jabón porque en todas partes lo conocen por los mismos nombres: "Esa porquería", "Esa cochinada", "Esa mugre", "Esa huevada", y el más usado de todos "Ese jabón de mierda".

Miren nada más ese maravilloso color

Ese jabón de mierda es una maravilla de la ciencia, no existe jabón que pueda competir con él. Tiene una serie de propiedades que lo hacen único. No sólo acaba con todos los gérmenes sino que también se deshace del exceso de piel que todos tenemos siempre en las manos. Lo mejor de todo es que si dejas de usar el jabón un tiempo te vuelve a crecer piel nueva, suave. ¿Magnífico, verdad?

También lo puedes usar en la cara como jabón astringente, es tan bueno que te la deja lisita, si eres uno de esos patitas que está harto de las espinillas, los barritos, y todas esas vainas que le salen a uno justo un día antes de tener tu primera cita con la flaca de tus sueños sólo tienes que aplicarte un poco de ese jabón de mierda en la cara, lo dejas reposar un rato, y !vualá! !Adiós barritos!

¡Ni un solo barrito en minutos!

Si eres mujer y te molestan esos fastidiosos vellos de las piernas, haz la prueba de echarte ese jabón de mierda, estoy completamente seguro que en un instante no quedará ni uno solo en pie, es más, es seguro que nunca te van a volver a crecer. Santo remedio.

Ese jabón de mierda puede ser utilizado también como desatorador de cañerías, desinfectante y hasta laxante. ¿Qué más se puede pedir?

¿Y saben que es lo mejor de todo? La sensación de alegría al saber que mi empresa está ahorrando un montón, porque ese jabón de mierda es baratísimo. Ese jabón no lo encontrarás en Wong o Vivanda al lado de los Dove, Nivea o Camay, no, ese jabón lo puedes adquirir en tu ferretería más cercana o en cualquier mercado, y lo puedes comprar por galones a un precio sumamente razonable. ¡He dicho!