Los celulares son obra del demonio

Recuerdo aquellos tiempos en que el mundo aún era joven, Michael Jackson era negro y casi nadie tenía celular. Todo era paz y tranquilidad, saben? Los únicos que andaban con ladrillos portátiles eran los médicos, los ingenieros o los empresarios importantísimos como Papaúpa el Zar de las Telecomunicaciones, o sea, personas muy necesarias para la supervivencia de la especie humana. Pero luego, luego todo se jodió. Los celulares comenzaron a bajar de precio y todo mundo empezó a tener uno. Y nos jodimos.

Primero nos cagaron el cine. Porque claro, los poseedores de celulares podían recibir llamadas importantísimas en plena función y por eso no podían apagarlos, no no no no no no. Podía llamar el pata para coordinar la juerga de más tarde, la esposa para hacerle acordar al marido que compre la comida del perro o la novia para hacerle la marcación al novio y asegurarse que realmente estaba con los amigotes y no con la rubia esa de la oficina que al parecer le tiene echado el ojo. Así que "no pues, por qué miércoles voy a apagar mi celular en plena película, sólo porque te distraigo? Te joroba que hable tan alto? Tengo una llamada importantísima. Sí amor, estoy en el cine, hablamos luego que acá hay un loquito exaltado al que le molesta que uno converse por teléfono, que se habrá creído, el dueño de la sala? Yo he pagado mi entrada."

Luego aparecieron los imbéciles que se ponían a hablar mientras manejaban y empezaron a causar uno que otro accidente. Pero en fin, el problema no era tan grave, no? A fin de cuentas, la mayoría de accidentes de auto son causados por gente que NO esta hablando por celular en ese momento.


Un día empecé a ver uno que otro pata bien a la tela, con saco y corbata hablando solo, y me dije "puta que pena, el pobre hombre está loco". Luego empecé a verlos en todas partes, al menos una vez al día. Cuando vine a Cajamarca fue peor, porque ví al menos a dos en el kitchenette, haciendo lo mismo, y me dije que no podía ser que hubiera tanto loco con pinta de gerente, no? Asi que observando detenidamente noté que los tipos estos tenían un auricular y un cablecito y descubrí que no, no era para comunicarse con la nave madre y planificar la invasión del planeta tierra, si no para no tener que coger el maldito celular. Y lo que a mí me parecía que los hacía ver como loquitos que hablan solos, a ellos les parecía que los hacía ver recontra cool. Sí claro, el hands-free es lo máximo, no creen? Al menos es útil para que los estupiditos de los choferes ya no causen más accidentes. En fin.


Llego ya al final de esta historia y me dirijo a tí, si, tú que me estás leyendo y debes estar pensando que estoy loco por rajar de uno de los artefactos más útiles de los últimos tiempos después del exprimidor de limones electrónico y el masajeador de pies. Te hablo a tí que te estás riendo y crees que el celular no te ha afectado para nada.

Piénsalo por un momento. Llevamos el celular para todos lados (sí, leyeron bien, "llevamos". Yo también he sido seducido por el lado oscuro). Para TODOS lados. Siempre a la espera de esa llamada importantísima.

A TODOS LADOS.

Sí, flaquita, sí cuñao, sí viejito loco. Sí, para tí también, tinterillo de medio pelo. Tú que probablemente estás llamando a alguien en este momento. Quieres hablar con tu enamorado y quieres decirle cuánto lo adoras por doceava vez esta mañana. O estás llamando a tu socio para cerrar un negocio. O quieres saber en qué anda tu pata.

En este momento probablemente esa persona te acaba de contestar. Aló? ("Hola?" "Hello?" "Hallo?" "Pronto?" "Mushi-mushi?")

En este momento, ESA PERSONA ESTÁ SENTADA EN EL BAÑO, CAGANDO.