Por enésima vez vuelvo a revisar mi bolsillo. Sí, por suerte, mi celular sigue allí.
El individuo de gorra que está parado en la puerta del bus insiste nuevamente en que, caramba, allí en el medio del pasillo hay espacio (o sea, ¿están ciegos los pasajeros o qué? ¿Cómo es que no ven el tremendo espacio vacío que hay entre las nalgas de la tía, la guata del tío y la mochila del universitario? Allí fácilmente entrarían 20 personas más.)
Desde el fondo una voz femenina dice “permiso”, y yo me preparo para lo que se viene. La tía se ha aventado ya hacia la puerta como si fuera un bus camión sin frenos, pisando zapatos recién lustrados, pateando pantorrillas y metiendo puñetes por doquier. Yo me hago a un lado lo más que puedo y logro evitar que me embista con fuerza, pero recibo de todas maneras un codazo, suave, pero un codazo al fin.
No la culpo. Yo haría lo mismo. Aquí en Lima, cuando estás en una combi y dices “permiso” no lo haces porque realmente estés pidiéndole a la gente que te deje pasar, sino que únicamente estás anunciando que estás a punto de atropellarlos a todos, y guerra avisada no mata gente.
El reloj de mi celular indica que recién son las 7:40 am. El día anterior cometí el error de salir a tomar el bus después de las 8:00 am y lo pagué caro. No sólo me di cuenta que subir a uno de los buses que pasan cerca de mi casa iba a ser imposible (por lo que tuve que subir a un taxi), sino que además, llegué un poco tarde a la oficina de todas maneras. Sí. Fui atrapado por la hora punta limeña. Para que todos se hagan una idea de la hora punta limeña, es algo así como la hora punta que se ve en las películas norteamericanas, sólo que los carros son viejos y botan humo por todas partes (insertar aquí su chiste favorito acerca de las revisiones técnicas).
Una tía deja caer una moneda de un sol y yo, amable como siempre me agacho a recogerla, pero no puedo evitar pensar en que de repente la tía lo ha hecho a propósito y me bolsiqueará ni bien me agache, o peor aún, cual Chupacabras se robará mi saco. La señora suelta un “gracias” cuando le entrego la moneda, y yo, limeñísimo, le respondo con un “ya” (sí, lo siento, antes decía “de nada”, pero hoy, después de leer el otro día el post de Homi, me di cuenta de que ahora respondo con “ya”).
Estoy ya a pocas cuadras del sitio donde tengo que bajarme y en la combi queda poca gente. Y no puedo evitar preguntarme (“I couldn’t help but wonder…”), pucha, ¿hicimos algo los limeños para merecer el castigo diario de nuestro trasporte urbano? Y peor aún, ¿podemos hacer algo para remediarlo? Porque, caramba, esta situación tiene años de años de años. No sé ya cuántas veces El Comercio ha escrito editoriales o reportajes sobre el tema. Y no sé cuantos alcaldes han pasado ya y ninguno ha hecho nada concreto. Nada. NADA. Zero. Zilch. (Y no puedo evitar pensar en – couldn’t help but wonder - los luminosos letreros de neón que iluminan ahora los peajes de la Panamericana sur.)
Al fin, llego a mi destino (“¡Bajo en las Begonias!”) La combi sigue su camino y a lo lejos, un edificio vidrioso me sonríe. Y por enésima vez, vuelvo a revisar mi bolsillo. Sí, por suerte, mi celular sigue allí.
12 comentarios:
Por Orrantia el trafico si que es realmente horrible en hora punta, creo q mas te conviene bajarte :S
Por suerte ya no trabajo en Javier Prado, pero realmente 5 minutos de diferencia al tomar el carro pueden ser como 20 minutos de retraso al llegar a la chamba
Jajajaj Couldn´t help but wonder jajajaj
por eso debes comprarte carro... te olvidatse mencionar que hasta las begonias es 1.20 y que porque chucha cuando pagas medio pasaje, o pagas una china y te dan boleta te rompen un pedazo del boleto, que ¿acaso al romper el boleto este va a transmitir una señal a la federacion unida de combis la cual detectara que en esa unidad se ha pagado medio pasaje, para cuestiones de estadistica?...
La verdad que si, que karma el de los Limeños con ese trafico espantoso pero peor es Calcutta, puede ser consuelo de tontos pero es asi. Como seria Lima con un subte?
Te comprendo Rojo. Para llegar a Javier Prado tengo que salir con hora y media de anticipación, y por las noches, vengo haciendo la de cobrador parado en el estribo.
mi chamba me queda a la vuelta de mi casa. en la misma cuadra. osea ni siquiera cruzo la pista.
odienme.
Oe rojo, creo q me salo leer tu blog, justo el dia q posteo un comentario sobre tu viaje en la combi y q crees? regresando a mi casa me fijo y ya no tengo celular :'(
MALDITOS CHOROS :@
acompaño en el sentir, por eso este humilde servidor ha separado parte de su sueldito solo y exclusivamente para taxis, termino ajustadazo pero mi estress esta bajo control y definitivamente no, no, no, no, no! y no les doy el gusto de tratarme como m#$% en sus carros d P$%&
:P
que bueno xq tu celular es faaaaantabuloso
oe rojo...
begonias?
begonias?
ala, no salgas muy tarde, porque me han dicho que hasta raptan,
mientras me contaban eso, yo hablaba por telefono a las 11 de la noche.
si, aun tengo mi celular.
(espera, dejame revisar)
El transporte publico en nuestro país es terrible, a cada rato asaltan en la combis y lo peor son los conductores y cobradores que creen que llevan costales de papa, y no personas.
Uy, pensar que deje de viajar en combi por caminar más. Por suerte (o lamentablemente) fumo mas a pie.
Slaudos.
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